(El Civismo, Nicolás Grande) Mucho se dijo a nivel nacional y provincial sobre supuestas persecuciones ideológicas ante el cambio de signo político en dependencias estatales. Se habló de listas negras que terminaron en despidos o reubicaciones.
En Luján, a pesar de existir una continuidad en la figura del intendente Oscar Luciani, la incorporación del PRO a la alianza gobernante hizo nacer rumores de metodologías similares a las utilizadas por Cambiemos en otras esferas.
Ahora, los trascendidos terminaron de despejarse para transformarse en una triste realidad. Si bien se escuchan historias parecidas en otras dependencias sin que por el momento existan pruebas concretas, la situación que se vive en la Casa de la Juventud del barrio El Quinto alcanza como muestra.
En las últimas semanas, y de manera progresiva en cada caso particular, el gobierno municipal resolvió desarmar la estructura de la Casa de la Juventud. Para eso removió a sus dos coordinadores, encargados de esa tarea desde hace cuatro años, y trasladar a una trabajadora social. Si bien ninguno de los involucrados perdió su trabajo, fueron reasignados a otras tareas y dependencia. A su vez, a uno de los perjudicados también se le notificó que quedaba marginado de coordinar la radio comunitaria habilitada en el lugar.
Y aunque podría pensarse en una mera decisión política destinada a optimizar el funcionamiento de la Casa de la Juventud, para los dos coordinadores la resolución fue antecedida por una solapada persecución ideológica, encarnada en el subdirector de Juventud, Juan Pablo Merea, aunque conocida por funcionarios municipales de alto rango.
FICHADOS
En marzo, uno de los coordinadores de esa dependencia encontró, en una carpeta del funcionario Merea ubicada a la vista de todos en la oficina de la Casa, fichas personales de ambos coordinadores. Como un reflejo burdo de épocas oscuras en el manejo del Estado, una hoja impresa reflejaba consideraciones ideológicas y apreciaciones personales de los trabajadores.
Con los nombres y apellidos de los involucrados como encabezado -además en uno de los casos se registró la edad, el número de documento y los títulos universitarios- se apuntaban "características" políticas.
En una de las situaciones, se marcaba que la coordinadora "es defensora de los derechos de la mujer, descontenta con la sociedad machista que nos rodea". También se especificaba su posición a favor de la Ley de Medios y, reflejo de un seguimiento mediante las redes sociales, se apuntaba que era seguidora de la Televisión Pública, en especial del programa 678.
"Defensora de los derechos humanos, especie de justiciera social", fue otro de los ítems apuntados en la ficha en poder de Merea. Por último, se enumeraban sus trabajos en la coordinación de la Casa de la Juventud, también en proyectos locales y nacionales (proyecto NAC con certificación de la Universidad de La Matanza) y en el Programa Envión.
En cuanto al otro coordinador, se lo mencionaba como "militante del proyecto Nacional y Popular" (las mayúsculas son del original). Como una idea de que las fichas podrían haber sido elaboradas antes del cambio de gobierno, durante el período de transición, se registró que el trabajador seguía en la red social Twitter "a varios Ministros del gobierno actual". Además de describir distintas funciones laborales vinculadas a la Casa de la Juventud, en el registro se marcó que "se lo relaciona con La Cámpora". Finalmente, se lo calificó como "gran opositor y crítico del partido Cambiemos".
TODOS ENTERADOS
Pocos días después de encontrado ese documento, los coordinadores de la Casa de la Juventud mantuvieron una reunión con la secretaria de Políticas Sociales, Mónica Issouribehere, quien es la responsable máxima del espacio que funciona en el barrio El Quinto. En ese encuentro, los trabajadores le expusieron el caso y encontraron la solidaridad de la funcionaria, quien expresó su rechazo a la metodología utilizada por Merea y aseguró la continuidad laboral de los empleados. También existió un compromiso de llevar el caso a oídos del propio intendente Luciani.
De todas formas, se desconoce si lo ocurrido finalmente le fue notificado al jefe comunal. Tampoco se conocieron acciones internas tendientes a cuestionar la metodología del subdirector de Juventud.
No obstante, en una reunión interna ocurrida tiempo después, los trabajadores de la Casa de la Juventud le expusieron a Merea lo sucedido. El funcionario no desmintió la existencia de las fichas en su poder, pero dijo que el escrito "le fue entregado", sin especificar por quién o desde qué instancia municipal. Esos dichos parecen confirmar los rumores sobre una decisión del PRO Luján extendida a otras áreas, orientada a "registrar" perfiles ideológicos de trabajadores.
Los cambios en el manejo de la Casa operados en las últimas semanas también involucran a una trabajadora social. A mediados de mayo, pocos días antes de ser reubicada, la empleada denunció por escrito una situación ocurrida en la dependencia, que involucró a un colaborador de Merea: "Durante la última semana la mencionada persona se ha visto involucrada en confusos episodios con jóvenes que acuden a la institución. Lo citado anteriormente pone luz sobre su inapropiada intervención con esta franja etaria, exponiendo a jóvenes a situaciones que ponen en riesgo su salud física y mental. Estas acciones cuando menos, obstaculizan la labor que desarrollan los trabajadores de la institución con los jóvenes".
La nota relata un hecho ocurrido el viernes 13 de mayo. Según la trabajadora social, ese día la persona incorporada por Merea tomó del brazo a uno de los jóvenes que asisten al lugar "amedrentándolo y amenazándolo". A esa acción le siguió una advertencia: "Si vos me arruinás la vida a mí, yo te arruino a vos". Lo ocurrido transcurrió "delante de la Policía Local, que es dable aclarar no cumple funciones dentro de la institución, pero se encontraba en el hall de la misma cuestionando el accionar de los trabajadores que se encontraban a cargo de los jóvenes".
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